La generosidad
Anoche recibimos encomienda remitida en bus, a título de obsequio como aporte ecológico desinteresado, una caja con arbustos enviados por el amigo Henry Arias Castelblanco, a quien no conocemos aún en persona; son plantas para ser sembradas en la Reserva Montecito, en Sogamoso, y así lo haremos en próximos días.
Consideramos digno de mención especial su generoso aporte, pues de forma espontánea un día cualquiera nos contactó por facebook, ofreció los árboles, y anoche llegaron. Y esto representa un ejemplo a seguir... más al nivel que lo ha hecho éste amigo: Haz el bien, sin mirar a quién.
Ejemplos así, fruto de la buena voluntad, del apoyo sincero con el medio ambiente, son los que la humanidad debiera copiar, cada cual según pueda, en sus regiones, o en regiones afectas, pero hacer algo bueno por el planeta es la consigna. La especie humana, de hecho, tiene una responsabilidad social que no puede serle ajena ni esquiva, es un deber.
En realidad, uno pensaría que algo así puede hacerlo cualquier persona -y es verdad-, nos referimos al estímulo real de la siembra de árboles, o la siembra misma de algunos arbolitos o arbustos, o el obsequio de los mismos a entidades o personas dispuestas a ello... pero casi nadie lo hace, ¿por qué?; por encima de cualquier excusa, no se hace porque estamos desconectados del planeta, de la madre tierra, no reconocemos su frecuencia ni logramos resonancia con ella, no nos parece importante pese a que es de lo más importante! (captura de gases, producción de oxígeno, regulación hídrica, aporte ecosistémico, continuidad de la vida). Ejemplos como el descrito, son una buena excepción, gracias Henry!.
Consideramos digno de mención especial su generoso aporte, pues de forma espontánea un día cualquiera nos contactó por facebook, ofreció los árboles, y anoche llegaron. Y esto representa un ejemplo a seguir... más al nivel que lo ha hecho éste amigo: Haz el bien, sin mirar a quién.
Ejemplos así, fruto de la buena voluntad, del apoyo sincero con el medio ambiente, son los que la humanidad debiera copiar, cada cual según pueda, en sus regiones, o en regiones afectas, pero hacer algo bueno por el planeta es la consigna. La especie humana, de hecho, tiene una responsabilidad social que no puede serle ajena ni esquiva, es un deber.
En realidad, uno pensaría que algo así puede hacerlo cualquier persona -y es verdad-, nos referimos al estímulo real de la siembra de árboles, o la siembra misma de algunos arbolitos o arbustos, o el obsequio de los mismos a entidades o personas dispuestas a ello... pero casi nadie lo hace, ¿por qué?; por encima de cualquier excusa, no se hace porque estamos desconectados del planeta, de la madre tierra, no reconocemos su frecuencia ni logramos resonancia con ella, no nos parece importante pese a que es de lo más importante! (captura de gases, producción de oxígeno, regulación hídrica, aporte ecosistémico, continuidad de la vida). Ejemplos como el descrito, son una buena excepción, gracias Henry!.
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